Como todos
conocéis, Isín es un pueblo del Valle de Acumuer que un día se despobló. Sus
últimos habitantes marcharon en busca de un futuro mejor, de una vida urbana
que pudiera ofrecer más posibilidades sobre todo a sus hijos e hijas. La hiedra
ocupó los rincones donde antes jugaban los niños, y las chamineras de los
tejados se fueron cayendo por culpa del abandono y la falta de cuidado. Afortunadamente
Isín revivió, se restauró y desde hace once años se convierte en nuestro final
de curso, y también en parte de nuestra historia. Siempre decimos que estamos
en deuda con este lugar resucitado, en deuda por todo lo que hemos vivido aquí,
realmente difícil de explicar con un teclado de ordenador. Así que este año
hemos pedido ayuda al espacio exterior, a los rincones más recónditos del
universo hemos enviado mensajes para contar donde estamos y la necesidad de
ayudar a los pueblos de nuestro pirineo. Isín necesita conservar sus valores y luchar
por mantener su esencia, y cualquier ayuda además de la nuestra será
bienvenida.
Esta mañana,
después del desayuno nos hemos reunido en la plaza de Isín porque corrían
rumores que había un teléfono solitario que no paraba de sonar. El teléfono
sonaba y sonaba y finalmente un alumno se ha atrevido a contestar la llamada. ¡Que
extraño ese teléfono!, ¡pero a la vez
qué emocionante!.... al otro lado del teléfono dos voces lejanas preguntaban
por Isín, hablaban de que querían ayudar, de que habían recibido un mensaje que
no podían dejar pasar. De repente, los dos personajes que hacía un momento
estaban al teléfono han aparecido en carne y hueso en nuestra plaza. Se trataba
de Ainielle y Aurín, superhéroes del Planeta Pueblo que nos han enseñado el
valor de lo tradicional, lo importante de ayudar y sobre todo el aprender a no
olvidar. Ainielle y Aurín nos han mostrado instrumentos musicales tradicionales
como la dulzaina, el pínfano o el ranueco, y hemos conocido que sus
superpoderes son la paciencia, la escucha y el conocimiento de cuentos y
leyendas del pirineo aragonés, pero se sienten débiles ante palabras como "Whatspap", "Internet" o "Youtube". Nos han enseñado que en este mudo de
tecnología necesaria, lo manual o tradicional es igualmente importante, y
tenemos que aprender a conservarlo. Hemos terminado bailando todos juntos como
se ha hecho toda la vida, en la plaza del pueblo de Isín.
Hoy mañana de
rutina isiniana. Por grupos nos hemos dividido en los diferentes oficios del
campamento. Arrancan nuestros tradicionales oficios mañaneros. El grupo de
granja escuela se ha encargado de limpiar y dar de comer a los ponis y
caballos, el grupo de mantenimiento ha comenzado con las labores de lijado y
pintura de la valla, los de idioma alemán con su taller de vocabulario en la
sala de usos múltiples, el grupo de cocina ha realizado un magnifico taller de
superminipizzas que nos hemos merendado todos por la tarde y finalmente los
responsables del blog de hoy han aprendido a manejar un blog mientras hacían
entrevistas al resto de compañeros y dejaban mensajes a las familias que están
pendientes de nuestras pequeñas grandes aventuras. Y después del trabajo a la
piscina a darnos un baño para recordar que ya estamos en verano y de
vacaciones.
Hoy para comer
lentejas tradicionales (que aquí no te las dejas), pescado con ensalada y
yogurt de sabores. Las dietas blandas empiezan a desaparecer de nuestro comedor
y eso es una buena señal para nosotros. Este año tenemos la suerte de disponer
de los dos comedores para nosotros y eso facilita las labores de organización de
manera importante. ¡Genial de verdad!.
Por la tarde
tiempo libre para aprender a convivir y a conocerse de manera autónoma, pero
enseguida primer taller de este año. Todos han creado un cohete espacial que ya
cuelga de las puertas de las habitaciones, y que sirve para conocer quien vive
dentro y mantener la ilusión de conocer las estrellas.
Después merendola tradicional a base de bocata de salchichón y las pizzas que
nuestros pequeños grandes cocineros isinianos. Con las baterías ya cargadas pero
controlando las emociones, nos hemos recorrido nuestro pueblo buscando pistas
escondidas que contenían palabras secretas. El juego de orientación por equipos
ha tenido el objetivo de crear un bonito texto entre todos, ordenando oraciones
y dibujos para descubrir el mensaje secreto que nos hablaba de la suerte de
estar aquí y de empezar de esta manera tan chula el verano.
Ha sido una
tarde dinámica y por eso nos hemos sentado a devorar una rica crema de
calabacín, y una hamburguesa con ensalada. De postre sandía del huerto.
La velada nos
ha traído a uno de esos personajes míticos y queridos de Isín. En este pueblo
de magia y amistad todos los años aparece nuestro querido cartero, sin duda el
más entrañable de todos los personajes de Isín. Risas, caras emocionadas y
muchas ganas ante la llegada de la persona que nos trae las cartas de nuestras
familias y se lleva las nuestras cargadas de experiencias y escritas sobre el
papel. Este entrañable cartero lleva once años haciéndonos sentir especiales
por el cariño que tiene hacia los niños de nuestro colegio. Es increíble como un
personaje puede emocionar hasta a los adultos del pueblo. ¡Gracias cartero!, te
queremos mucho.
Antes de
acostarnos y retirarnos a casa, todavía nos ha dado tiempo de conocer a otro gran
personaje de la historia de este campamento. Se trata del Buzón Risión, donde podemos
dejar escritas notas anónimas de agradecimiento, de cariño o simplemente de
diversión, y que nos permite enterarnos de algunas cosas que seguramente nos da
vergüenza decir en palabras. Es la clara muestra de cómo con muy poco se pueden
conseguir grandes cosas.
Y nada más y
nada menos desde aquí. Algunos de nuestros chicos de Tercero de Primaria ya
duermen en tienda de campaña, para ellos la primera experiencia de este tipo. Y
el resto se recuperan de la primera jornada completa de este Isín 2019.
Los vientos cálidos
de sur nos dicen que en el gran valle hace calor, pero aquí arriba hemos
disfrutado de un maravilloso día nublado de temperatura suave. Mucho ánimo para
el bochorno que se avecina, nosotros nos marchamos a dormir valorando el lugar
donde estamos y reconociendo la labor de aquellas gentes que en su día poblaron
estos lugares duros pero bonitos a la vez. Como la historia que cuenta ese
maravilloso libro titulado La lluvia
amarilla de Julio Llamazares. Y es que el espíritu de Ainielle hoy nos ha
acompañado durante todo el día.
Buena nuei desde Isín.
Fotos del día de hoy.
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